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Bancos de Conservación de Hábitats una Inversión de Futuro

Desde que en marzo de 2010 los líderes de la Unión Europea tomaran conciencia y decidieran detener la pérdida de la biodiversidad y la degradación de los servicios ecosistémicos en la UE

para el año 2020 comienza un proceso sin precedente para Europa. Además con la mira puesta en el año 2050, cuando la biodiversidad de la Unión Europea y los servicios ecosistémicos que ofrece deban estar protegidos, valorados y restaurados.

Como resultado una herramienta de planificación, la Estrategia Europea de No pérdida Neta de Biodiversidad para 2020 de la Comisión Europea. Con 6 objetivos prioritarios y 20 acciones que van desde la plena aplicación de la legislación europea sobre naturaleza hasta controles más estrictos sobre las especies exóticas invasoras.


Bancos de Conservación de Hábitats, ¿Qúe son y porqué surgen?

Es un terreno en el que se realiza una actuación de protección, mejora o restauración de

especies y hábitats amenazados (flora y fauna), que se gestiona y conserva a largo plazo.

Permite garantizar una adicionalidad ambiental, es decir, siempre aporta riqueza y esta es

cuantificada en forma de créditos ambientales que pueden ser objeto de transacción económica: se comercia con los valores naturales creados, no con los ya existentes.

Esta figura surge debido al impacto que las infraestructuras causan en el medio, veamos por qué.


Paso para la fauna sobre infraestructura viaria

Las infraestructuras son necesarias e imprescindibles para el desarrollo y la conectividad

de un territorio o región, pero suponen en la mayoría de las ocasiones un fuerte impacto

ambiental. Modifican el paisaje, redistribuyen los nichos de las especies animales y se

sacrifican innumerables superficies vegetales.

Entre los impactos que las infraestructras producen se encuentra la fragmentación de hábitats, que es el resultado de un conjunto de efectos y procesos que incluyen:

✓ La destrucción de hábitats.

✓ La reducción del tamaño de los hábitats.

✓ Los efectos de borde: difusión de contaminantes, ruido, contaminación lumínica, frecuentación antrópica y otros procesos que comportan pérdida de calidad del hábitat.

✓ Los procesos de margen: creación de nuevos hábitats, canalización de movimientos de

organismos, proliferación y dispersión de especies exóticas, etc.

✓ Los efectos de filtro y barrera.

✓ La mortalidad de fauna por atropello u otras causas relacionadas con la infraestructura.

✓ El desarrollo urbano inducido.

Para reducir todos los efectos producidos por las infraestructuras en el medio natural existen una serie de medidas. Estas se pueden clasificar según su función básica, como preventivas, correctoras o compensatorias; así como las llevadas a cabo durante y a posteriori denominadas de seguimiento y evaluación de las mismas.


Un tipo de medida compensatoria que puede salvar el futuro de muchas especies

Con el objetivo de reparar los daños inevitables al medio ambiente que son consecuencia de la construcción de infraestructuras se han desarrollado la figura de los bancos de hábitats.

A través de la compra de créditos los operadores o promotores pueden compensar el impacto negativo sobre la riqueza natural que producirán sus distintas actividades.

Los bancos de conservación actúan como garantías o avales medioambientales del desarrollo y son pruebas irrefutables del compromiso ético y social con el respeto y cuidado de la biodiversidad. El banco de conservación se crea antes de la generación del impacto que

compensa y no necesariamente tiene vinculación directa con el mismo.

Los bancos de conservación impulsan la creación de empleo y reportan notables ventajas a

la sociedad y a la Administración al implantar medidas de compensación reales, efectivas e

integradas en planes y estrategias territoriales de conservación de especies y hábitats.


Los bancos de conservación llevan funcionando en Estados Unidos, Australia o Alemania desde hace más de treinta años y han generado un mercado que mueve en torno a 2000 millones de euros anuales. Su funcionamiento permite la conservación a perpetuidad de 220 000 hectáreas

de hábitats singulares y humedales.


Para conseguir alcanzar un mercado de créditos ambientales es fundamental involucrar al sector privado en la conservación de la naturaleza y preservar de una forma activa el medio natural.

¿Cómo conseguirlo?

- Simplificando la cuantificación de las afecciones al medio natural

- Mitigando los impactos en el entorno

- Compensando en términos ecológicos los daños derivados de la actividad

productiva.

Es una de las laborales que lleva a cabo la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) con todas las empresas de la región. A través del proyecto CEMRIA se ofrece información y asesoramiento a las empresas que lo deseen.


¿Cómo se regula en España esta figura de los Bancos de Conservación de Hábitats?

❑ Ley de Evaluación Ambiental 21/2013, de 9 de diciembre: en su Disposición Adicional 8ª, define y establece los aspectos básicos sobre la creación, la conservación y la utilización de los bancos de conservación.


❑ Plan Estratégico del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad 2011-2017: constituye el elemento fundamental de desarrollo de la Ley 42/2007, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad y establece metas, objetivos y acciones para promover la conservación, el uso sostenible y la restauración del patrimonio natural y la biodiversidad para el periodo 2011-2017. Se hace referencia expresa a los bancos de conservación, se considera que son instrumentos que ofrecen una vía innovadora y flexible para evitar la pérdida neta de biodiversidad.


Y aunque los bancos de conservación nos parezcan la solución al impacto medioambiental que los proyectos producen, no debemos pensar que es la solución, ya que por sí solos no son suficientes para la sostenibilidad del sistema.

Es por tanto, el último recurso que debemos usar de todas las posibles medidas de protección para reparar los daños provocados sobre el territorio. Por ello es conveniente recordar la jerarquía de mitigación:


Es decir, los usaremos sólo si tenemos impactos residuales irreparables. No debemos caer en el error de las compensaciones ecológicas como “licencias para contaminar”.






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