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VISITAMOS VEGENAT, LÍDERES EN ALIMENTACIÓN CLÍNICA Y DESHIDRATADOS, COMPITIENDO MUNDIALMENTE DESDE EXTEMADURA

Desde que visitamos sus instalaciones de Pueblonuevo del Guadiana (Badajoz) se han posicionado en el número 1 de nuestra clasificación de empresas auditadas. Te contamos todos los motivos.

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Las Tecnólogas de la CREEX, María José González del proyecto RETO E2XEL, y Cristina Durán Calleja del proyecto CEMRIA en la entrada a las instalaciones.

Los productos alimenticios y liofilizados son el sello de distinción de la empresa que la pasada semana tuvimos el placer de visitar. Nos recibieron en sus instalaciones para enseñarnos de primera mano de su Responsable Institucional de Vegenat (Jose Burguillos) y la Técnico Responsable del Departamento de Calidad y Medio Ambiente (Milagros Pérez Rodríguez), cuáles son las razones que les han llevado a situarse en el ranking mundial en comercialización de este tipo de productos.

Han conseguido especializarse en un sector muy determinado a base del trabajo constante y teniendo siempre presente dos grandes objetivos Innovación y Exportación. Comenzaron su andadura hace 36 años gracias a la materia prima que las vegas del Guadiana les brinda, fueron los vegetales deshidratados sus inicios y la puerta se abrió a los mercados extranjeros. Poco a poco se avanzó en nuevas líneas de producción buscando cubrir una demanda de alimentación hospitalaria aún inexistente en nuestro país. Se puso en marcha el departamento de I+D+i así como diversas inversiones que han propiciado que se sitúen hoy en el lugar que merecen del mercado nacional e internacional.

En nuestra visita buscamos conocer cómo la empresa gestiona sus residuos, si ofrece formación a sus empleados en esta materia o cómo trabajan para reducir el impacto ambiental que sus procesos o productos generan. Tras repasar estos y otros aspectos con ellos, descubrimos que estamos ante la empresa hasta ahora visitada con mayor puntuación de nuestro estudio. Dicho de otro modo, Vegenat ocupa la primera posición cómo empresa comprometida y responsable de su actividad en el Medio Ambiente. 

Este resultado se debe principalmente a la política adoptada por la empresa, una clara apuesta por una correcta Gestión Medioambiental y que trasmiten a sus empleados, proveedores y clientes. 

Poco podemos aportar a una empresa cuando ya cuenta con un Sistema de Gestión Medioambiental Integrado que les ha permitido certificarse en ISO 9001 y 14001. Pero esta empresa va más allá aún y realiza cálculos de la huella de carbono tal y cómo requieren sus clientes, principalmente los extranjeros, que valoran mucho más estos aspectos de sus proveedores de productos alimenticios. A pesar del valor creciente para el mercado tanto de parámetros de calidad como de medidas implantadas de gestión medioambiental, Vegenat fue pionera en la búsqueda de nuevas formas de energía cómo el sistema de energía renovable con Biomasa. No es la única medida pues también realizaron el cambio de gasoil a gas natural conscientes de la importancia que tiene el agotamiento de combustibles fósiles y el ahorro económico que supone para la empresa.

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Cristina Durán Calleja del proyecto CEMRIA junto a José Burguillos y Mar Broncano, de Vegenat.

Los efectos medioambientales más importantes que presenta una industria agroalimentaria son el consumo energético, el agua de refrigeración y los efluentes derivados de la condensación de las aguas de evaporación. Es por este motivo que en cada auditoria valoramos cuando una empresa implementa modelos de reducción del consumo de agua como es el riego por goteo en grandes plantaciones agrícolas o el consumo energético. Una medida llevada a cabo por Vegenat consigue recoger el condensado (agua tratada caliente producida cuando el vapor libera su energía térmica) que se genera para elevar la temperatura de las calderas, así consiguen optimizar ambas etapas y un ahorro energético considerable tanto del combustible como del agua, del tratamiento químico y de los vertidos que se generarían.

Las empresas no son del todo conscientes que están ante un recurso valioso que contiene aproximadamente el 20% de la energía útil que contiene el vapor al principio. Es por tanto un claro ejemplo de economía circular si conseguimos que retorne a la caldera, en vez de verterlo al desagüe. Esta operación puede reducir los costes asociados al funcionamiento de las calderas.

​Otro sistema de ahorro energético son los intercambiadores de calor, sistema por el que el aire caliente y húmedo saliente del proceso de deshidratación, transfiere el calor al aire entrante del exterior que lo hace seco y a baja temperatura. Mediante radiadores específicos para este proceso, se cede el calor de un aire a otro sin intercambio de humedad.

Los lodos generados en el proceso de depuración de las aguas residuales son otro residuo que tienen que gestionar en Vegenat. Se derivan a fertilizar suelos de su propiedad para darlos salida y conseguir el mínimo volumen de vertidos posible. Desde nuestro equipo hemos propuesto que se valore la opción de implantar una planta de biogas. Para ello se necesita aportar financiación, en ocasiones están subvencionadas, para implementar un proceso de digestión anaerobia de la materia biodegradable que contienen los lodos. Esta degradación en condiciones controladas genera biogás, cuya composición incluye principalmente metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2). El biogás obtenido sirve, al mismo tiempo, como biocombustible aprovechable en la propia instalación y produciría a partir de él tanto energía térmica como electricidad. Para lograrlo, se emplea una caldera y un motor de cogeneración. Otra opción es convertirlos en biofertilizantes de alta calidad y fácil transporte que no tengan el inconveniente de la humedad. Este tipo de sistemas de energía renovable ya se probó por parte de la organización mediante ensayos en la finca La Orden, con desechos de cebolla, hace más de una década. El incipiente desarrollo de la tecnología en esos momentos no propició su instalación.

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Por último encontramos los residuos generados del aprovechamiento de los vegetales, los destríos, actualemte Vegenat los destina a la introducción en la alimentación del ganado. De esta forma dichos residuos o subproductos
procedentes de esta industria agroalimentaria, no se eliminan sino que se reincorporan de forma ordenada y respetuosa con el medio ambiente.

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La Responsabilidad Social Empresarial en su definición incluye el respeto por el medio ambiente que rodea a la organización pero también un compromiso social con el entorno. En Vegenat lo saben, por ello no han abandonado su esencia y a pesar de las dificultades inherentes que supone estar ubicados en un pueblo del Oeste de España, han sabido convertir las dificultades en fortalezas apostando por sinergias que crean riquezas y empleo en el entorno local. Son factores clave de una Economía Circular y que cada día los mercados y clientes más valoran.

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Desde el equipo CEMRIA nos gustaría que nuestra visita sirviera de ejemplo para todas aquellas empresas Extremeñas que luchan en el mercado agroalimentario, apostar por medidas como rediseñar productos o procesos para reducir el impacto ambiental o invertir recursos que reduzcan el consumo de agua con esfuerzos que a largo plazo dan sus frutos. El resultado es una empresa internacional competitiva y líder que cuenta con sus propias patentes nacionales y europeas sin abandonar la idiosincrasia de una empresa familiar y cercana.

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Agradecemos a la organización y las personas que nos atendieron su implicación con el Proyecto CEMRIA, una empresa más que apuesta por modelos sostenibles y eficientes cuidando los recursos naturales.

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